Muchas noches, podemos ver a ese astro familiar. El único que podemos observar desde la Tierra y apreciar detalles de su superficie. El objeto celeste más cercano a nuestro planeta tiene un color muy familiar para todo el mundo… ¿o no? Algunos creen que no…
Si observas la luna durante el día, verás que su silueta es tenue y blanca, completamente rodeada por el azul de nuestra atmósfera. Si la observas durante la noche, la luna parecerá tener un marcado brillo amarillo. Si observas las fotos tomadas desde el espacio, verás que la superficie de la Luna es extremadamente oscura (de hecho, refleja una cantidad de luz, de la que recibe, muy baja).
Las imágenes tomadas desde el espacio son las que mejor ilustran el color de la Luna. Todas esas tonalidades (que van desde el gris al marrón) son producto de los elementos en la superficie de nuestro satélite: oxígeno, silicio, magnesio, hierro, calcio y aluminio. Las rocas de color más claro suelen ser feldespatos plagioclasas, mientras que las rocas más oscuras son piroxeno. La mayor parte de las rocas que podemos ver son de origen volcánico y fueron expulsadas del interior de la Luna durante erupciones volcánicas. Para rematarlo, también hay rocas (bastante raras) llamadas olivinos que son, como su nombre indica, verdes.
El equipo empleado para estas fotos es; Telescopio Lx200 12" , cámara asi174mm y RGB filter.
Saludos.